3.6.07

«Estaba cantado, todos sabíamos que la pegaba»

Familiares y vecinos claman justicia para una ama de casa, «maltratada con frecuencia», que el lunes iba a empezar un nuevo trabajo

CRISTINA LECIÑANA/VITORIA

La noticia del asesinato de Asun Villalba corrió como la pólvora por los soportales de Antonio Machado, donde se ubican los bloques de pisos levantados a finales de los setenta tras el derribo del poblado gitano Gao Lacho Drom. «Estaba cantado que iba a pasar esto, todos sabíamos que la pegaba con frecuencia. ¿Ahora que nos traigan aquí a ese valiente atado de una cuerda!», bramaban ayer sus vecinos.
En el abultado grupo de gente que cosía a preguntas a la Ertzaintza, sobresalía el cuerpo roto de dolor y llanto de Laura Alamillo, la joven a la que Asun cuidó de niña. «Se llevaban fatal, pero nunca pensé que sucedería esto. Es terrible», repetía con la mirada fija en el portal donde yacía el cuerpo de esta ama de casa.
El crimen dejó en estado de shock a familiares y allegados. «Estamos tan conmocionados que somos incapaces de pensar, de hablar», alcanzó a decir una de las tías de Asun, abrazada al hermano de la víctima.
Familias enteras de gitanas y payos cerraron filas en torno a esta ama de casa, que siempre tenía una sonrisa para los niños y un detalle para los mayores. «Era una persona maravillosa, siempre ayudaba a todo el mundo y se llevaba muy bien con todos los vecinos, gitanos o no», recordaba María Borja, residente del mismo portal.
«De él mejor no hablar, era la oveja negra de la familia, la maltrataba con frecuencia. Siempre iba 'puesto', así que no me extraña que la haya matado», añadió Juan, otro conocido de la pareja.
«Tenía depresión»
Víctor Manuel Martín no se había ganado el aprecio del barrio. Gruista de profesión en unas obras del Casco Viejo, dio que hablar hace unos años. «La droga le convirtió en un hombre solitario. Dio una paliza tremenda a una joven y la dejó en coma», apuntó un amigo de juventud.
El veredicto en Sansomendi fue unánime. «La depresión y los nervios de Asun eran fruto de los golpes que durante tanto tiempo padeció», añadió Alamillo. Además, tenía serios problemas de hígado y pulmón después de haber trabajado en una empresa con productos tóxicos. «Ahora estaba haciendo cursos y el lunes iba a comenzar un nuevo trabajo. Ya no podrá hacerlo».

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