21.6.07

El juzgado de la violencia sexista ha visto este año 370 casos y encarcelado a 7 agresores


Una joven agredida por su pareja, en un juicio. / EL CORREO
El juzgado de la violencia sexista ha visto este año 370 casos y encarcelado a 7 agresores
Crecen las denuncias y la gravedad de los casos, con un homicidio consumado y tres intentados El juez logra que el Gobierno le asigne un funcionario de refuerzo
LOS DATOS DE ÁLAVA
Año 2006.
Casos tramitados: 718.
Órdenes de protección: 90.
Órdenes de prisión: 2.
Diligencias por delitos: 498.
Diligencias por faltas: 64.
Tipo de delitos.
Homicidio intentado: 1.
Lesiones: 5.
Maltrato habitual: 73.
Maltrato ocasional: 312.
Amenazas: 49.
Coacciones: 7.
Incumplimiento de medidas cautelares: 20.
Quebrantamiento de condena: 31.
Tipo de Faltas.Vejación injusta: 64.
Año 2007.
Procedimientos penales abiertos: unos 370 hasta ahora, lo que supone una media de más de dos casos de esa naturaleza al día. Tan sólo entre el 1 de enero y el 15 de febrero se incoaron 124 diligencias.
Órdenes de prisión preventiva: 7.
Casos más graves.Homicidio consumado: 1, el de Asun Villalba, el pasado día 2.
Tentativas de homicidio: 3.
Agresión sexual: 1.
El dramático fenómeno de la violencia machista parece aumentar sin tregua en Álava, a juzgar por el número de procedimientos penales tramitados desde el 29 de junio de 2005, cuando comenzó a operar el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vitoria. Tan sólo en sus primeros ochenta días de funcionamiento, abrió 137 diligencias, lo que suponía una media de 1,73 denuncias por día, una cifra que ya entonces fue calificada de «alarmante» por el Tribunal Superior de Justicia del País vasco. En el conjunto de 2006, tramitó 718 asuntos (1,96 diarios) y, desde el pasado 1 de enero, ha incoado ya «unos 370», con lo que ese índice medio supera ya los dos casos por jornada, según informó a EL CORREO Francisco Ontiveros, titular de ese órgano judicial.
A ello se añade un notable crecimiento de la gravedad de los casos contabilizados en la provincia. Si a lo largo de 2006 ninguna mujer murió a manos de su pareja o ex pareja, y sólo una sufrió un intento de homicidio, a falta de pocos días para pasar el ecuador de 2007 la estadística arroja datos mucho más dramáticos. Ya se ha registrado un asesinato -el de Asun Villalba, apuñalada por su marido en Sansomendi a principios de este mes- y tres tentativas de homicidio. También se ha elevado el número de órdenes de prisión preventiva dictadas contra presuntos agresores. «En este momento hay siete personas encarceladas, la cifra más alta desde que empezó a funcionar este juzgado. Normalmente, solíamos tener a tres o cuatro», revela Ontiveros.
Rupturas traumáticas
Pese a esos datos, el magistrado no cree que el alza que experimentan las denuncias por agresiones y malos tratos signifique «necesariamente que haya más violencia contra la mujer» que antes. «No hay estadísticas anteriores a 2003-2004. Además, la publicidad que dan los medios de comunicación a estos casos hace que la opinión pública esté más sensibilizada y, por tanto, que suba el número de denuncias», razona. En cualquier caso, Ontiveros ha logrado que el Gobierno vasco asigne un funcionario de refuerzo a su juzgado, ante la creciente carga de trabajo que soporta. «La plantilla inicial (siete funcionarios) se fijó en función de las denuncias (457) que había en Álava antes de enero de 2005, cuando entró en vigor de la ley (de Violencia de Género)», aclara. El magistrado ve prematuro plantearse la creación de un segundo juzgado en Vitoria. «Pero si pasamos de novecientas o mil al año, habría que estudiarlo». Ontiveros asegura que, desde junio de 2005, «unas diez mujeres» han sido acusadas de denuncia falsa, al existir pruebas de que habían mentido. También, dice, se dan casos de mujeres que «confunden con malos tratos el daño lógico producido por una ruptura de pareja, que siempre es traumática». «Hay personas que asocian ese proceso con una vivencia de maltrato y eso no es así», recalca.
Entre los acusados en Álava se cuentan hombres de todas las edades, pero «hay un porcentaje estadístico relevante» de jóvenes que protagonizan «agresiones puntuales», vinculadas «al fin de semana y al consumo de alcohol y drogas». En cambio, el perfil del maltratador habitual responde más a un varón de edad media». La prohibición de acercarse o comunicarse con las víctimas es la principal medida cautelar que se les impone.

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