24.4.08
DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA: "Hombres por la labor"
27 varones, representantes de distintos estamentos de la sociedad vasca, dieron ayer un simbólico primer paso al frente al estampar su firma de adhesión a un contrato por la ruptura de los roles tradicionales que contribuyen a mantener las desigualdades de género desde el terreno familiar y social hasta los esquemas de dominación. Un grupo de hombres -al que se han sumado alaveses tan significativos como el ex alcalde gasteiztarra José Ángel Cuerda, el magistrado progresista Jaime Tapia o el ciclista Igor González de Galdeano - suscribieron una Carta de los hombres vascos por la igualdad -leída por el periodista Mariano Ferrer - en la que adquieren el compromiso de "replantearse los comportamientos cotidianos que sostienen esta sociedad desigual" y de asumir su responsabilidad en el trabajo doméstico o el cuidado de familiares. Un gesto si se quiere modesto, pero muy importante. El movimiento feminista ha basado gran parte de su esfuerzo durante el siglo XX en reivindicar la igualdad de las mujeres y los hombres en el ejercicio de los derechos. Esta reivindicación básica afectaba al entramado legal, pero también suponía un cambio de mentalidad de la sociedad en su conjunto, pilar clave para erradicar los prejuicios y desterrar el sexismo. Esta lucha, a pesar de haber sido enarbolada sólo por una parte de la ciudadanía, ha constituido toda una revolución cultural en el ámbito familiar, social y socioeconómico. Los avances se han dado gracias a la tenacidad de muchas mujeres en contra de estructuras legales y sociales. Pero llega un momento en el que la implicación, el cambio de actitud y las pautas de comportamiento de los hombres termina siendo fundamental, más allá de la denuncia ante situaciones injustas y de gestos de solidaridad. La voz de los hombres sobre la necesidad de crear nuevos escenarios de convivencia más igualitarios pasa por hacer entender que con el cambio todo el mundo gana. Iniciativas como el compromiso que 27 varones asumieron ayer públicamente ante la directora de Emakunde, Izaskun Moyúa , son quizás gestos testimoniales, pero pueden suponer un primer paso en una red cada vez más extensa de hombres dispuestos a ejercer el valor de la igualdad de una manera concreta, en el día a día y en sus entornos más cercanos.
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