Es difícil intentar defender a un verdugo. Las contradicciones que siento hacen que todavía mas, ese batiburrillo de ideas que tengo, se entremezclen hasta el punto de anudarse.
Me han educado al igual que a otras muchísimas personas, con mucho cariño, pero por desgracia, tanto mi ama como mi aita, llevaban una carga demasiado pesada sobre sus espaldas impuesta por un estado muy poco abierto a las libertades. Por una iglesia con un funcionamiento patriarcal rozando el absolutismo, y dentro de un sistema clasista de orden y de obediencia.
Esto me lo inculcaron desde la mas tierna infancia.
Después en manos del sistema educativo... cultura su cultura, muy sesgada y sexista. Y por su puesto empiezas a comprender que es el poder. Quien lo ejerce y quien lo ha ejercido, y si dudas de sobre quien lo posee y te enfrentas a el . Castigo.
Si empezaste a trabajar en la adolescencia, mas de lo mismo.
Patrón explotador de txabal bribón, bien gordo sentado en su sillón.
Y el encargado de turno, zafio, pelota, torpe y con ansia de poder. La mezcla perfecta para hacerte sentir con látigo, en tu espiritu joven la fuerza... Del que puede.
Servicio militar obligatorio, no me jodas ya lo que faltaba.
Aquí la maquinaria del estado golpea con fuerza, con inteligencia militar, y con unos propósitos muy claros.
Obediencia absoluta y ciega, aunque tengas que perseguir a la cabra de la legión mientras se tira por un barranco.
Un superior, su superior, otro mas que el anterior, un montón de escalas de mando y el que mas poder tiene hace lo que quiere.
Aprendes que solo con el hecho de tener esa fuerza puedes ser un borracho, un vago o un descerebrado. Yo digo, yo mando.
Por supuesto castigos a la desobediencia.
Y pasamos al mundo laboral de los adultos. Ahora ya estamos entrenados y todos estos estereotipos que nos han inculcado, están ahí ahora formando parte de nuestro ser.
No somos iguales a nada
La fuerza es un grado.
Ese grado nos da la razón.
Y si nos faltan a la razón castigamos.
Llorando por por el dolor causado y llorando por el dolor sufrido en cualquier agresion, tengo que decir que pobres desgraciados.
Cobardemente dan rienda suelta a su frustración.
EL hombre nace, despues se hace.
Intentemos cambiar nosotros y nosotras
Intentemos que nuestras hijas e hijos sean libres de nuestras cargas
Intentemos cambiar el sistema educativo
Y tambien a la iglesia ¿porque no?
Y a la sociedad producto de sistema en el que vivimos, digamosle que somos diferentes. Que es hermoso que asi sea. Que no debemos ensuciar esas diferncias haciendo gala de un machismo cubierto o incubierto.
Tener miedo a perder una parcela de poder, es tener miedo a que afloren nuestras inseguridades oprimidas.
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3 comentarios:
Gracias Peri por tu aportación. Por cierto...¿has escrito tu el texto?
Si, si lo he escrito yo.
Con más miedo que verguenza, porque no estaba seguro si podia estar dentro de lo...correcto.
Saludos.
Pues vete quitando miedo y ganado en seguridad porque me parece que escribes muy bien y además de reflexionar sobre distintos aspectos que influyen en la formación de la masculinidad tradicional hegemónica lo haces con dosis de ternura y sensibilidad.
Gracias por tu aportación.
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