9.9.07

AGRESIÓN A UN HOMBRE: ¿VIOLENCIA DE GÉNERO?

El pasado miércoles un compañero y amigo fue la víctima de la agresíón que se narra en la noticia que anexamos. En relación a estos hechos se pueden abrir dos debates interesantes. Por un lado ¿qué podemos hacer como Grupo de Hombres? ¿lo denunciamos? ¿salimos a la calle?. Y por otro, ¿se trata de violencia de género cuando se agrede a otro hombre en una situación de violencia machista?, ¿qué podemos hacer cuando nos encontramos en una situación como esta?, ¿intervenimos directamente?, ¿damos aviso a la policía y esperamos?...El debate queda abierto compañeros...
Agrede a dos hombres que le recriminaron por zarandear a una chica en
plena calle

La Policía Local informó ayer de una agresión a dos hombres en la calle Pintor Teodoro Dublang de Vitoria. Un joven que estaba zarandeando a una chica en el interior de un turismo pegó a dos hombres que le recriminaron su actitud. El presunto autor de los hechos logró huir en su vehículo, y aún no ha podido ser detenido.Los hechos ocurrieron sobre las 20.45 horas del pasado miércoles, cuando varios transeúntes observaron que en el interior de un turismo, un joven «impedía salir del mismo a una chica» al tiempo que «la agarraba y zarandeaba». Ante esta situación, varias personas se congregaron alrededor del vehículo y llamaron a la Policía. Mientras tanto, un hombre de 59 años abrió una puerta del turismo y conminó al joven a que dejara de agredir a la chica. En ese momento el joven salió del coche y presuntamente propinó un puñetazo al hombre en el labio, le golpeó, le tiró al suelo y le dio varias patadas en el cuerpo. Como consecuencia de los golpes, el hombre tuvo que ser trasladado en ambulancia al servicio de urgencias del Hospital Txagorritxu donde fue atendido de lesiones leves.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

La legitimación y el uso de la violencia tienen que ver con la construcción de la identidad de los hombres. En este caso estaríamos hablando de violencia de género hacia la chica y de violencia machista contra los hombres.

No estaría mal que nos preparáramos para intervenir en estos casos. Cuando me ha ocurrido algo parecido, lo primero que he hecho ha sido llamar a la policía (que siempre ha llegado realmente rápido) y luego hacer un seguimiento de la situación hasta que llegasen las patrullas. En cualquier caso, la intervención directa no la contemplo si no es para evitar una agresión "grave".

Gaizka dijo...

La verdad es que solemos tener miedo de actuar en la calle, precisamente por el temor a qué ocurra algo así...
Estoy de acuerdo en que el enfrentamiento directo no debe realizarse a la ligera, pero cuando en una ocasión llamé a la policía, ésta no dió señales de vida..
Por lo tanto, reflexionar sobre la manera más adecuada de actuar en estas circunstancias creo que nos puede a yudar a todas las personas a parar lo pies a estos cobardes, al menos en el espacio público.
Seguiré con interés vuestras opiniones.

hojalata dijo...

Creo que lo primero es avisar a la policía, y actuar directamente solo en caso estrictamente necesario, es decir, para evitar la agresión. creo que es bueno intentar llamar la atención (a base de gritos y llamas de socorro) sobre la situación que estamos viendo para que los viandantes puedan actuar recriminando esa actitud. No usar laviolencia sin mas.

Anónimo dijo...

Hay veces que me da la sensación de que hemos perdido el norte...La violencia no es ni buena ni mala, es un recurso más. La violencia de género es posible porque el agresor se sabe "libre" y que los demas vamos a ser cómplices o cobardes. Si los agresores creyesen que se les pueden parar los pies con su misma medicina no habría tantas agresiones, seguro. No se trata de ser justicieros, pero sí firmes. ¿O es que hemos delegado todo uso de la violencia al Estado? ¿no es una forma de lavarnos las manos "democráticamente"

Anónimo dijo...

Desgraciadamente, me temo que también fui testigo del incidente que citáis. Yo iba en coche, y tuve que dar un volantazo al darme cuenta de que un coche iba haciendo "eses". Al parar en un semáforo, ví con sorpresa que el conductor estaba gritando y zarandeando a su acompañante (yo no veía si era hombre o mujer). Al principio pensé que sería el típico graciosillo que va con algunas copas de más, y tardé en reaccionar hasta sospechar que podía tratarse de una bronca en toda regla. Fui incapaz de reaccionar; empecé a buscar el móvil, dudando si llamar a la policía, intentado memorizar la matrícula, el modelo de coche... pero el semáforo se puso en verde y el coche salió pitando y desapareció...
La verdad: me quedé fatal, avergonzado de mí mismo por no haber sabido reaccionar a tiempo, pensando si lo propio hubiera sido bajarme del coche para preguntar si pasaba algo, haberle seguido a lo loco hasta el siguiente semáforo, o qué.
Al aparcar junto a mi casa, llegué a pensar si me estaba empezando a obsesionar con estos temas, de si estaba empezando a ver conductas machistas en todas partes; incluso llegué a dudar de lo que había visto, de si no serían más que dos borrachos haciendo el gilipollas y diviertiéndose y del ridículo que hubiera hecho en ese caso si me hubiera acercado ofreciendo ayuda...
Hoy veo que tenía que haber reaccionado de otro modo, pero me siento fatal al reconocer que, a pesar de todo, hubiera sido incapaz de agredirle por salvar a la víctima.
saludos

Anónimo dijo...

Creo, que desgraciadamente todos podemos ejercer violencia incluso para evitarla. También creo que hay que crecer en el tema de no uso de la violencia.

“Anónimo”, tengo que decirte, que creo que no nos corresponde seguir a ningún coche, ni llegar a la posibilidad del enfrentamiento directo por evitar una agresión, etc.

No se que sentirá un agresor cuando arremete generando una agresión de género. Imagino que sentirá miedo, ofuscación, que no está a la altura en lo que le han dicho que es ser un hombre (…), perdida de poder, desborde total, …

En casos como el que estáis planteando, imagino que nunca van a ser iguales y por lo tanto no pienso que haya recetas, creo que hay que procurar interferir, intentar parar la agresión,…. a distancia, no recriminar violentamente la actitud del agresor e intentar llevar la situación a la calma,… siempre a distancia.

Lo siento, creo que hoy en Euskadi decir que la violencia, es un recurso más y que no es buena ni mala, no ayuda.

En cuanto a la pregunta de “Petardo” sobre si hemos delegado todo uso de la violencia al Estado, imagino que estaremos de acuerdo en que en el estado socialista delegaremos el uso de la violencia al Estado.

Jose Cos

June Fernández dijo...

En cuanto al uso de la violencia, estoy de acuerdo con Jose Cos. Creo que hay que intervenir, además de llamar a la policía, pero a distancia y con precaución para que no derive en otra agresión. Claro que una situación así se enfrenta sin tiempo para reflexionar...

En cuanto a si esa agresión si es violencia de género o no, creo que es importante discutirlo y no tanto en el plano teórico sino en la práctica: cómo tienen que responder la ley y cómo plantear las acciones de protesta. Llevo varios días dándole vueltas y no he sacado nada en claro, la verdad. Pero añado otra pregunta: ¿Y si quien intenta parar la agresión es una mujer y el maltratador la pega? ¿La ley castiga más esa situación? Si es así, ¿se basa en el principio de que un hombre siempre tiene más fuerza que una mujer? Porque no tiene que ser así. Imaginemos que en un caso se trata de un anciano, y en el otro de una joven alta y fuerte. Supongo que es todo tan complejo que es imposible que la ley se ajuste a cada caso.

Anónimo dijo...

Bastante de acuerdo con Petardo. Un hombre agrede o acosa a una mujer cuando sabe que esta está sola, supongo que por eso se dice que uno de los primeros signos de la violencia de género es la voluntad de aislar a la pareja de su entorno. Ahora bien, ¿a quien corresponde la responsabilidad de enfrentarse con el agresor?

Obviamente a alguien más fuerte que la víctima y que sea temido por el propio agresor. Entonces probablemente deba ser un hombre, o un grupo de personas, y no una mujer sola a menos que esta sea fuerte (aún ásí tengo mis dudas, porque visto lo visto, este tio no respeta demasiado a las mujeres, entendiendo que sea capaz de respetar y no sólo de temer).

En cuanto a lo que dice José respecto a la no violencia, creo que no debe considerarse igual al que agrede por cobardía o por ser un machista que al que agrede para parar los pies al tirano: puede que el segundo desprecie la violencia, pero la considere un mal necesario. En este caso el orden de los factores SÍ altera el producto.

Por mi parte, como mujer esperaría que los hombres que tengo alrededor dejaran claro al agresor que no estoy sola y que hay gente que me aprecia lo suficiente como para mojarse por mí. De todas formas, creo que el hecho de no "lavarse las manos democráticamente" implica que el que defiende es consciente de las posibles consecuencias legales de su acción y las enfrenta.

Anónimo dijo...

Hola eve, efectivamente parece ser que una de las características de violencia de género como tú muy bien dices es el de aprovecharse del aislamiento, tanto en escena de calle, como en la de un hogar encerrado por cuatro muros u otras que no imagino. Es posible que el agresor intente sacar a las demás personas de esas escenas por un auto concepto destrozado que le lleve a la cobardía de la agresión y por la que sabe que sería sancionado. También, posiblemente porque su obsesión posesiva ya sea momentánea (posesión de calle-agresión de calle) o de creencia de una posesión permanente (te quiero y eres solo mía) genere tal impulso de propiedad en la que primero la propia persona agredida y luego los demás estamos interfiriendo.
No se si me enredaré mucho en la distinción de los posibles agresores, de sus motivaciones y si todo ello habrá que tenerlo en cuanta o no. Pero la pregunta es ¿a quién corresponde la responsabilidad de enfrentarse con el agresor? Y a mi me gustaría modificarla en ¿cómo paramos la agresión?
Y lo quiero hacer así porque me preocupa la situación de parar no enfrentar-se con el agresor. Y sobre todo en el segundo supuesto ya que en el primer escenario “en el que sabe que será sancionado” la huida (cobardía) será (imagino) lo más habitual en el agresor. Me preocupa, como te digo, las reacciones del agresor que actúa “cargado de razón machista o educado patriarcalmente y por la sociedad de clases que ha delimitado los roles de todos y todas. Un contexto, por lo tanto, en el que ha sido formado para “defender su propiedad como un hombre” (concepto por el que historicamente se le ha justificado todo)
No quiero meter miedo, pero frente a “estos actores” metidos en “estos escenarios”, me reitero en parar la agresión “a distancia”: gritando, diciendo que se ha llamado a la policía (hacerlo), intentando montar corrillo, diciéndole a distancia (guardar la distancia permanentemente sin abandonar el lugar es muy importante, posiblemente evitaremos otra agresión) que se calme, que tranquilo, que deje de agredir, que no nos vamos , que pare, etc. En una ocasión escuche de alguna mujer feminista que la mejor respuesta de autodefensa ante una agresión, por ejemplo nocturna, lo mejor era gritar ¡Fuego!
Autodefensa, no es violencia. Si grito ¡fuego! Da lo mismo que sea hombre o mujer (aunque sea fuerte), si grito y formo grupo y a distancia me auto-defiendo, ojalá pare la agresión.
Con cariño eve: veo una agresión, me acerco al agresor le doy de hostias y con el pie encima de su pecho le digo que en lo sucesivo no agreda más a las mujeres y que es un “sarraceno cobarde” porque “ellas son más débiles”. Con más cariño todavía eve: creo que la agresión o las estrategias de violencia nunca son positivas. La autodefensa no disculpa las estrategias de violencia.
No tengo el gusto de conocerte eve, pero considera que evidentemente me mojaré por ti (espero que tu no te quedes mirando) si desgraciadamente “no hemos medido bien las distancias” y al final hay que “hacer correr” al agresor.
Jose Cos

Anónimo dijo...

Hola, convivo con una mujer desde hace unos 4 años, esta chica tiene dos hijos, una de 3 años que es su sobrino y una niña de 6 años, esta ultima fruto de su anterior relacion, desde el primer dia que empece a salir con ella sufro una multitud de agresiones psicologicas y amenazas de todo tipo.
La señora, no permite que tome decisiones de ningun tipo en su casa ni frente a sus "hijos", desde luego yo tengo todo tipo de obligaciones frente a ellos, soy continuamente insultado y en el momento que alguna de sus normas se salta se me retira la palabra durante dias, haciendo participe de esta agresion a los niños y retirandome ellos tambien la palabra.
Soy continuamente gritado, los niños, viendo las formas participan y el mas pequeño cree que esta en el derecho incluso de pegarme.
Yo no tengo otro sitio donde ir, me encuentro encerrado en una situacion de la que no veo escapatoria por el momento, ella por su lado, tampoco esta dispuesa a consentir que yo me large de casa, anteponiendo siempre a los niños en las multiples ocasiones en las que lo he intentado.
La sensacion de importencia, humillacion, indecision, soledad y un sin fin de estados mas que podria describir es enorme, me siento incapaz de muchas cosas sabiendo que soy capaz de todo.
Si esta chica, como en mas de una ocasion los vecinos escuchan, me grita y me insulta no pasa nada, los problemas seguramente empezarian si fuera precisamente al contrario, si yo me pusiera a su altura y comenzara a gritarla e nsultarla me pregunto cuanto tiempo tardaria la policia en llegar a casa...
Prefiero no decir nada mas.
Un saludo para todos y todas.